
La malicia de los dioses
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Era oscuro. El silencio atronador. Las estrellas eran las únicas muestras visibles de que la Fuente Original se manifestaba matemáticamente perfecta en el universo desde la más ínfima mota de polvo estelar hasta la galaxia más grande jamás vista pasando por los soles, los planetas, las lunas, las nebulosas, los agujeros negros, los asteroides y un sin fin de entidades estelares.
La energía potencial que conformaba el Éter y que estaba constituido por un gradiente de frecuencias, se movía formando flujos energéticos guiados caprichosamente por la atención de una consciencia para convertirla en energía creadora, en una onda estacionaria más o menos compleja de una determinada frecuencia y cuyos armónicos y nodos de concentración energética serían los que determinarían la fisionomía de las partículas iniciales de lo creado……….