
La falsa Alenym
“Los armónicos del motor de la
nave espacial funcionan exactamente
igual que el espíritu y la conciencia,
emulados con aceleradores de nanopartículas
que imitan neuronas como las de un
ser biológico con un alma.”
Swaruu de Erra.
Camarote de Yazhi Sophia Swaruu.
En algún momento de los últimos días de abril de 2022 según marco temporal terrestre.
La mirada de Alenym estaba fija en el ventanal frontal del puente de mando de la Toleka. Pareciera que mirase la curvatura de la Tierra donde el reflejo del sol era más intenso en ese momento. No pestañeaba.
Anéeka, sentada muy cerca de ella, trabajaba en las funciones propias de inteligencia monitorizando las comunicaciones terrestres de todo tipo. Observaba de reojo a Alenym y se sentía perturbada por la inquietante inmovilidad de la reina. Es como si estuviera concentrada en algo que la mantuviera paralizada. Anéeka estaba a punto de añadir una sospechaba más sobre Alenym. La reina estaba intercambiando información telepáticamente. Podría haberlo hecho en su camarote de manera privada, pero el que lo hiciera en el puente de mando a la vista de todos era, cuando menos, extraño. Habían ocurrido muchas cosas en las últimas horas que afectaban a la reina de una manera u otra y estaría poniendo al corriente a quien fuera que estuviera hablando con ella.
Al igual que Anéeka, Yazhi tenía sospechas más que fundadas, por no decir certezas, de que Alenym no era la reina Alenym real y Alenym, a pesar de sus esfuerzos, poco o nada podía hacer para ocultar esa realidad a la toda poderosa Yazhi.
Swaruu de Erra ya había hecho saber a Sophia que el comportamiento de la reina distaba mucho del que se esperaba de una persona de su porte, elevada consciencia y espiritualidad. Era muy sospechoso que, de repente, Alenym cambiara su postura respecto a que Taygeta, sociedad altamente espiritual y militarizada, debía abandonar su postura militar para dar una imagen más espiritual. Sí que es verdad que la sociedad taygeteana vio con buenos ojos la nueva postura de la reina y aprobó su nuevo enfoque, pero lo que ocurrió realmente es que las fuerzas militares de Taygeta se vieron reducidas drásticamente y por consiguiente eso también tuvo su efecto negativo en las fuerzas presentes en la órbita terrestre. ¿Por qué reducir los activos militares de una poderosa raza como la taygeteana? ¿Cuál era el interés real detrás de este nuevo enfoque y de quién?
El cabal terrestre poseía armas de energía de tecnología avanzada que ya había utilizado contra alguna nave en órbita, incluso contra la propia Toleka unos años atrás. Dado que Taygeta era mucho más poderosa militarmente comparado con lo más avanzado que hubiese en la Tierra, si Taygeta se desarmaba o dejaba en órbita una delegación espiritual en lugar de una flota militar, ¿quién saldría beneficiado de eso? La respuesta estaba clara. Y no solo el cabal poseía armas de energía avanzadas, también disponía de inteligencia artificial, la Reina Roja, que estaba muy desarrollada y era, como no podía ser de otra manera, altamente regresiva. Tanto, que, en verdad sí que intentó infectar la IA de la Toleka a través de los servidores de la Viera, pero fue un intento frustrado por los cortafuegos de la Toleka y de la propia IA del crucero galáctico taygeteano. El ataque de la Reina Roja solo se consideró como un intento intrascendente de acceso a una inteligencia que le llevaba miles de años de adelanto tecnológico y con más consciencia que mil Reinas Rojas. El incidente solo se reportó como uno de los cientos que podían aparecer a lo largo de un día normal de funcionamiento y Anéeka lo consideró como un hecho anecdótico, aunque no se olvidó de ello.
Era evidente que Taygeta podría solucionar cualquier conflicto diplomático, social o militar con el uso solo de la mente y de la espiritualidad y el enfoque de la reina Alenym I parecía haber sido el acertado, pero no todas las razas estaban tan avanzadas espiritualmente como para arreglar cualquier problema usando solo la consciencia y la espiritualidad. Este último punto hacía que mucha gente se cuestionara la validez de tal enfoque y no solo el enfoque. Había gente que cuestionaba directamente a la propia reina Alenym y, después de todo lo que había ocurrido en la Toleka con la divulgación, la pequeña Sophia había llegado a la conclusión de que el cuerpo físico de Alenym era un clon de la verdadera reina y lo que había dentro de ese cuerpo bien pudiera ser algo controlado por una IA, enviando instrucciones como las que ahora pareciera estar recibiendo, o simplemente ese clon pudiera estar ocupado por una entidad cuyas acciones habían sido cuando menos malintencionadas y supuestamente autorizadas por la Federación o una facción regresiva de la misma. Athena y Minerva estaban sintonizas con la consciencia de Yazhi así que no solo sabían lo que Yazhi iba a hacer, sino que también estaban de acuerdo.
Yazhi estaba a punto de protagonizar un motín dentro de la Toleka porque había decidido exponer a Alenym a la directora de inteligencia de la nave, Anéeka de Temmer y a toda la tripulación. Yazhi había hablado con Moma y le había pedido que hiciera un escaneo de la dinámica energética de cada miembro de la tripulación, incluidas Athena y Minerva, con su interferómetro para certificar su identidad. Todas las identidades habían sido chequeadas y confirmadas como correspondientes a los verdaderos miembros de la tripulación y también la de Alenym había sido confirmada por la propia IA. Su huella energética coincidía al 100% con la que Moma tenía en sus bancos de memoria. Esto no dejó de sorprender a Yazhi cuya intuición y poderes sensoriales les sugerían todo lo contrario. Y no solo eso, física y matemáticamente, la dinámica energética y frecuencia existencial de la falsa Alenym diferían bastante de la media de los miembros femeninos de la tripulación taygeteana y no porque fuera una persona más avanzada espiritualmente, sino por todo lo contrario.
Después de todo lo ocurrido con la divulgación, de los movimientos tácticos respecto a la presencia militar de Taygeta en la órbita terrestre y de lo que Yazhi captaba tan clarividentemente, todo parecía indicar que la falsa reina Alenym I era el nexo perdido entre los problemas de la divulgación, el cabal terrestre y la Federación. Como habrían dicho los humanos: “blanco y en botella.”
Lo que estaba a punto de ocurrir tendría consecuencias inimaginables.
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