
La Mediocridad. Marchamo de calidad y excelencia
En mi opinión existen tres tipos de Mediocridades. La Mediocridad estándar, la Mediocridad circunstancial y temporal y la Mediocridad Cum Laude.
La mediocridad estándar.
Esta es la mediocridad de siempre. Hace referencia a la cualidad de un individuo que no muestra un talento especial o no tiene suficiente capacidad para la actividad que está realizando. Cuando hablamos de actividad nos referimos a cualquiera, ya sea intelectual o manual.
La mediocridad circunstancial y temporal.
Podríamos definirlo como una cualidad o estado al que el ser humano puede ser conducido por circunstancias ajenas a sus deseos e intereses particulares y que podría afectarle negativamente en algún momento de su vida personal o profesional en una región específica de su entendimiento, conocimientos o habilidades.
Pongamos un ejemplo. Yo soy ingeniero técnico de telecomunicaciones con especialidad en equipos electrónicos. A ver, voy a empezar otra vez. En una habitación de mi casa hay un diploma colgado en una pared en el que el emérito rey Juan Carlos I y en su nombre, el Ministerio de Educación u Ciencia, expide el título de Ingeniero que me faculta para ejercer la profesión y disfrutar de ciertos derechos. Obviamente de ahí a ser verdaderamente un ingeniero técnico de telecomunicaciones capacitado, va un trecho. Este título es de hace muchos años; de cuando las carreras técnicas eran de tres años y las superiores de seis. Ahora tienen otra denominación donde no voy a entrar. A decir verdad, salvo al principio de mi vida profesional, pero muy al principio, en la que tuve la ocasión de ejercer como ingeniero el resto de ella no me he desempeñado como tal y tampoco le he dedicado tiempo mayormente para reciclarme o actualizarme. He de confesar que como ingeniero técnico de telecomunicaciones y con el paso del tiempo me he convertido en mediocre o al menos podría decir que no tengo un talento especial o no tengo suficiente capacidad para desarrollar la actividad para la que me preparé. Pero soy mediocre en una región especifica de mis conocimientos o habilidades por las circunstancias de mi vida y en un momento específico de la misma.
Entonces, algunos se preguntarán que hace un mediocre ingeniero técnico de telecomunicaciones que no ejerció nunca como tal escribiendo artículos. Y aquí reside el quid de la cuestión ya que mucha gente te desacredita, descalifica, difama y censura porque no tienes la carrera oportuna para opinar, debatir o incluso estudiar o investigar un tema concreto o varios de índole diferentes. Que se lo digan a Dani Díaz del canal de Telegram @Infovacunas. Todos mis respetos para esta excelente persona y mejor investigador.
Entonces, ¿qué pasa? ¿no puedo en mi caso escribir si no tengo una carrera de literatura, lengua, filología, humanidades o periodismo? El que por desgracia sea mediocre circunstancial como ingeniero técnico o el hecho de que no tenga una carrera determinada, de ningún modo me incapacita para tener otros conocimientos o habilidades y tampoco me hace idiota, incapacitado intelectual o mediocre para todo. Incluso con esfuerzo y tiempo podría a ser un brillante ingeniero técnico de telecomunicaciones. Desafortunadamente, mi caso no es el caso de muchos que ya han obtenido una flamante licenciatura en Mediocridad Cum laude que los acredita como seres cuasi robóticos y con escasez de materia gris o facultades intelectuales mermadas o bloqueadas. Es esta licenciatura la que de forma muy preocupante se ha instalado en nuestra sociedad y en la que yo, por supuesto, he evitado por todos los medios incluirme y que describo ahora.
La Mediocridad Cum Laude.
Sería aquella “licenciatura” con infinidad de especialidades que el ser humano puede alcanzar en un momento dado de su vida dedicando esfuerzo, estudio y perseverancia con el fin de conseguir logros, estatus, reconocimiento, ciertos privilegios y prerrogativas. Esta mediocridad sería milimétricamente imbuida en la mente del sujeto aplicando un fuerte adoctrinamiento sobre las materias impartidas, cultivando la ambición y el instinto de competición, eliminando el sentido común, toda posibilidad de que dicho sujeto utilice el discernimiento y socavando su capacidad intelectual de forma soterrada. Una vez conseguida dicha licenciatura consigues también el marchamo de calidad y excelencia y el reconocimiento de la sociedad actual.
Y cuando unes esta Mediocridad con la ignorancia y el miedo creas el caldo de cultivo para la maldad.
Y ya todos sabemos que la ignorancia es una buena herramienta para poder ejercer control sobre el ganado. Eso ya lo sabía muy bien el Imperio Romano y su heredera la Iglesia Católica cuando durante la Edad Media se dedicó a echar a la hoguera la razón, la inteligencia, el conocimiento efectivo, la verdadera apertura mental y los verdaderos deseos por saber de mucha gente que trataba de desterrar seis siglos de oscurantismo y que amenazaba el poder omnipotente y autoritario de la Iglesia que basaba su poder en la ignorancia y la oscuridad del pueblo llano. Porque el conocimiento alimenta el criterio y el criterio no puede ser engañado, como bien decía Luis Melero. Y aunque hemos puesto un ejemplo de lo que se hacía en la Edad Media, vemos que en el siglo XXI se sigue aplicando la misma política de ignorancia activa sobre la humanidad utilizada por un conglomerado de actores controlados por las élites y todos los poderes fácticos donde se incluye también el Vaticano que, por cierto, nunca dejó de ser el Imperio Romano. Solo que ahora, en vez de utilizar las hogueras para amenazar y mantener al pueblo ignorante, se hace de manera mucho más sibilina utilizando las universidades para propagar la mediocridad vendiendo la idea de que la sociedad es mucho más avanzada y culta de que lo fue en la Edad Media. No solo te bloquean el verdadero conocimiento, sino que además te insertan uno que es un completo fraude.
Muchos investigadores, científicos honestos y estudiosos ya eran conscientes de todo esto y se les tachó de herejes o conspiranoicos y fueron denostados, perseguidos e inhabilitados. Otros simplemente desaparecieron. Una pequeña porción del resto de la humanidad aun no consciente de esto, nos hemos dado cuenta muy claramente de la jugada con todo lo que llevamos sufriendo y viendo estos dos últimos años de plandemia. Hemos descubierto que todo lo que nos han contado o prácticamente todo, en los últimos años (por no decir en los últimos 2000 años) es mentira; desde la Historia hasta la Ciencia. La gran mayoría de las cosas que hemos aprendido han sido más y más mentiras y lo que ha salido de las universidades, salvo alguna excepción, ha sido hordas de alumnos adoctrinados con un nivel muy alto de mediocridad a los que les han secuestrado la capacidad de pensar con discernimiento y cuestionarse las cosas con criterio.
Así que he dejado mi título colgado en la pared, no como algo de lo que estar orgulloso, sino como algo que me haga recordar que no debo volver a ser engañado y sabiendo que no acredita para nada mi conocimiento y sabiduría al respecto de las materias impartidas cuando estudié la carrera, tan solo dogmas y paradigmas científicos oficialistas cimentados en el materialismo y en ciencia auto sustentada que no tiene nada que ver con la realidad. He tenido que desaprender lo mucho o poco que sabía porque no me ha servido para nada, o para ser correcto, para bien poco. Si que es verdad que algunos de los conocimientos de electrónica me ayudaron a desarrollarme profesionalmente, pero no estaba ejerciendo realmente de ingeniero electrónico y mucho menos de ingeniero telecomunicaciones que quizás es lo que me hubiera gustado. A pesar de ello, la vida me sonrió y encontré trabajo en una empresa líder de la electrónica, ocupando diferentes puestos a lo largo del tiempo cuya actividad estaba lejos de parecerse a lo que realmente había estudiado. Y allí estuve 35 años. Y allí me di cuenta de que las carreras sirven para bien poco porque en realidad están pensadas para que no aprendas nada y mucho menos sobre la verdad de las cosas.
Así pues, me considero un ingeniero técnico de telecomunicaciones mediocre, pero con la mente tan despierta como para darme cuenta de que lo soy y que carezco de conocimientos verdaderos para poder utilizarlos en un empleo con estas características. Y, aun así, he aprendido que uno deja de ser mediocre en cuanto empieza a cuestionar la versión oficial de todo y busca la verdad por otro lado con sus propios medios, actitudes y habilidades. Incluso no es necesario que hayas estudiado una carrera. Hay gente sin carrera que es inteligente y con muchas ganas de aprender. Lo importante es la inquietud intelectual y las ganas de saber la verdad por muy duro que pueda parecer y por mucho que puedas perder, como es el caso de Dani Diaz. Por esa razón y siendo conocedor de mis carencias y por dónde van los tiros, aquí me tienen aprendiendo lo que no te cuentan de la medicina, de la biología, de la nutrición, de las leyes, de nano tecnología, de telecomunicaciones de verdad que me dicen que la 5G, 4G y otras G’s son dañinas para el ser humano y otra infinidad de cosas en versión NO OFICIAL que es donde se encuentra la verdadera ciencia y no en las corrompidas universidades donde muchos rectores, catedráticos y profesores han conseguido su licenciatura en Mediocridad Cum Laude y/o están pagados por el sistema para esconder la verdadera ciencia. Desde luego que hay profesionales despiertos que tampoco se han dejado fagocitar por la mediocridad que han implantado en el planeta y que no pueden encuadrarse en este grupo y hacen lo que pueden para que el mundo despierte y no se deje engañar por la pseudo ciencia y ciencia falsa. Dogmas y paradigma oficiales como la teoría de Darwin, la teoría del contagio y otras muchas más que siguen siendo teorías sin confirmar hoy en día y por la que se basa la ciencia actual y se consideran pilares de la ciencia, pilares de la matrix y del inconsciente colectivo.
Señores científicos de relumbrón, ¿para cuándo la matemática en base 12? Si queremos conocer cómo funciona el universo y lo que nos ofrece, no podemos hacerlo aplicando la matemática base 10 que no explica nada de lo que hay más allá de las nubes. ¿Por qué no se aplica la espiritualidad en la ciencia humana como aclamaba Nicola Tesla? ¿Qué es eso que no quieren que sepamos? Nos mantienen en la mediocridad más absoluta y cuánto más mediocre eres y servil al sistema más premios noveles te darán y más príncipes de Asturias te otorgarán. Sal de la mediocridad y te condenarán al ostracismo o peor aún te harán desaparecer.
Y así han construido una red global de mediocres para poder perpetrar la mentira más grande y el crimen más horroroso de la humanidad todo en nombre de la ciencia: La pandemia del SARS-COV-2. Y a esos muchos mediocres los han envuelto de títulos, privilegios, parabienes y los han untado con un puñado de euros o de dólares para que ahora no vayan a destapar por un casual la mentira convirtiéndolos en monstruos. Cuando unes la mediocridad con la ignorancia, la ambición, el miedo y la discapacidad intelectual creas el caldo de cultivo para la maldad.
No todos son así afortunadamente, pero por la mediocridad, la ignorancia, el analfabetismo, el miedo o la ambición o una mezcla de todo ello, muchísimos jueces, abogados, periodistas, médicos, biólogos, ingenieros y científicos de todas las ramas del saber propician que la mentira y el mal se desarrolle a velocidad de la luz sobre la faz de la Tierra.
Todos estos seres en realidad han estudiado la misma carrera de Mediocridad solo que algunos lo han hecho con la especialidad en medicina, otros con la especialidad en ingeniería molecular o biología o genética. Fortificas tu mediocridad cuando te crees que lo que te enseñaron en la escuela y en la universidad es lo correcto sin plantear una sola duda y además lo conviertes en un paradigma y en un dogma que jamás pondrás en duda. Y si además te pagan por ello, mejor que mejor. Son acreedores del título de Mediocridad Cum Laude que ejercen sin pudor. La mediocridad, ese valor en alza.
Algunos que habíamos confiado por ejemplo en la medicina y nos hemos negados a seguir en la mediocridad e ignorancia, sabemos más de medicina, biología y nutrición que los propios médicos y científicos que se han acomodado en su mediocridad subvencionados por las farmacéuticas que le dicen lo que deben o no saber o lo que deben o no investigar. Afortunadamente no todos han permanecidos en la ignorancia y mediocridad y nos han alumbrado con su sabiduría y luz, pero una gran mayoría saben que son mediocres y han perdido o no han tenido la capacidad de ser unos verdaderos científicos, tienen miedo de perder aquellos privilegios para los que nunca realmente estuvieron capacitados con lo que se convierten en armas malvadas y psicópatas de aquellos que financian las universidades con miles de millones de dólares para adoctrinar a los alumnos con pseudociencia que no es ciencia. Y si no que se lo preguntes al Sr. Soros con su proyecto Open Society University Network (OSUN) y sus “sociedades libres” pretendiendo “fortalecer los cimientos de la sociedad abierta, en medio del actual resurgimiento autoritario”
(https://www.aceprensa.com/educacion/universidad/mas-universidades-con-la-marca-soros/)
Y eso es lo que estamos viendo; gente de bata blanca, corbata o pañuelo, barba bien arreglada, cara de erudito o erudita y con un título en la pared que lo acredita como un científico de alto nivel. En realidad es un científico mediocre avalado por la Universidad que se encargó de esculpir su mediocridad e ignorancia en su alma y elevarlos a las alturas. Y se han convertido en seres malvados porque se han vendido a las elites ponzoñosas con tal de no perder su estatus, su sueldo y su presunto prestigio.
Si, yo soy ingeniero técnico de telecomunicaciones y he llegado a ser bastante mediocre en eso, pero al menos me considero lo suficientemente capacitado para darme cuentea de que la gran mayoría de las cosas que me enseñaron y la forma con las que me enseñaron era para adoctrinarme y convertirme en un mediocre convencido. Sé que la verdadera ciencia esta secuestrada, pero no es de ahora, si no de haces muchos años. Existe tecnología muy avanzada que no podemos ni imaginarnos. Pero eso solo existe para ciertos niveles de las élites y no para el humano de a pie. Y si, ser conocedor de todo esto, me hace menos mediocre y me aleja de la ignorancia y de la maldad. Ahora hago lo posible por alimentar mi cuerpo, mi espíritu y mi intelecto con cosas que tengan poca toxicidad y sean lo más puras posible. Porque no quiero ir a un hospital lleno de mediocres y de gente malvada, aplicando protocolos genocidas porque los mediocres se alimentan del dinero manchado de sangre porque quieren seguir siendo mediocres porque esa es su vida y esa es lo que le han enseñado en las universidades. No pienses y se un mediocre de altura. Te concederemos la acreditación oportuna de calidad y excelencia.